La libre competencia representa la libertad de decisión de los que participan en el mercado, en un contexto en el que las reglas de juego son claras para todos y se cumplen efectivamente. La libre competencia se basa fundamentalmente en la libertad de elección tanto para el consumidor como para el productor.
La libre competencia genera incentivos para que una empresa obtenga una ventaja competitiva sobre otra mediante la reducción de costes y la superioridad técnica. Esta circunstancia provoca un aumento de la eficiencia de las empresas para producir un incremento de la calidad del producto ofertado y una disminución de los precios que permite que una mayor cantidad de consumidores tenga acceso al mercado.
En la actualidad en su gran mayoría los países desarrollados del mundo basan su progreso y crecimiento económico en la libertad de los mercados. Es el derecho de la competencia el cual contribuye a crear las condiciones para que la economía funcione mejor en un régimen de libre mercado. Esto se debe a que, en la lucha de los agentes económicos por la supervivencia y por el beneficio, la libre competencia genera incentivos para que unas empresas obtengan una ventaja sobre otras, reduciendo sus costes y aumentando su calidad o la adecuación de los bienes y servicios que ofrece a los gustos de los consumidores.
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